lunes, 1 de marzo de 2010

Dar de comer al hambriento


Durante siglos, los muladares existentes en los pueblos de la España agraria sirvieron para que carroñeros, como el buitre leonado, encontraran sustento y mantuvieran los campos libres de animales muertos que en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera se recogían. Las nuevas costumbres (y la nueva legislación) acabaron con estas prácticas, pero también estuvieron a punto de terminar, de manera más o menos contundente con nuestras poblaciones de buitres.
Aunque desde finales de los años 70 dichas poblaciones, y en especial las de buitre leonado (Gyps fulvus L.) no han hecho más que crecer, prácticamente todas ellas tienen una dependencia excesiva de comederos artificiales, algunos "institucionales" y otros no, gracias a los cuales consiguen mantenerse.